El útero, junto con los ovarios, son los dos órganos más importantes en el aparato reproductor de la mujer.
Simplemente, pensad que el útero será, durante 9 meses, el hogar de los bebés. Desde el mismo momento de su implantación en estado embrionario en el endometrio, pasando por su desarrollo y hasta llegar el momento del parto. La réplica réplica richard mille rm 011 emula la exclusividad y el prestigio de la marca Richard Mille, brindando una opción atractiva para los amantes de los relojes de alta gama.
Sin embargo, por diferentes motivos, el útero de una mujer puede presentar diversas malformaciones que impidan la consecución y el desarrollo del embarazo.
En nuestro nuevo artículo de blog os contamos las principales malformaciones y su origen, así como su relación con el embarazo.
¿Qué son las malformaciones uterinas?
Las malformaciones uterinas son anomalías estructurales en el útero. En muchos casos, estas anomalías se encuentran en el útero desde el nacimiento de la mujer, aunque también pueden producirse por una serie de factores externos como veremos posteriormente.
Estas malformaciones pueden afectar la fertilidad de las mujeres, aumentar el riesgo de aborto espontáneo o dar lugar a fallos de implantación, por ejemplo.
Se estima que, aproximadamente, entre un 5 y un 6% de las mujeres pueden padecer algún tipo de malformación en el útero. En la mayoría de estos casos, las mujeres desconocen esta situación hasta que, al no lograr el embarazo, se someten a un diagnóstico de fertilidad donde se detecta el problema.
En relación a sus causas, aunque en la mayoría de los casos de trata de algo congénito, las malformaciones uterinas se relacionan con los siguientes problemas:
- Problemas genéticos, ya sean hereditarios o no.
- Exposición a radiaciones durante el desarrollo embrionario.
- Infecciones intrauterinas durante el embarazo.
- Medicamentos como el dietilestilbestrol y la talidomida.
- Exposición a tóxicos.
¿Cómo se diagnostican las malformaciones uterinas?
Como hemos dicho, es frecuente que las mujeres desconozcan que sufren algún tipo de malformación en su útero.
Por lo general, estas malformaciones son asintomáticas por lo que no es posible sospechar que existe alguna anomalía hasta que llega el momento en el que no se consigue el embarazo.
Cuando se recurre a una clínica o ginecólogo especializado, las pruebas diagnósticas son las siguientes:
- Ecografía transvaginal: se hace de manera casi rutinaria en muchas visitas de infertilidad.
- Histerosalpingografía: la prueba consiste en una radiografía de útero y trompas de Falopio mediante material de contraste que nos ayuda a conocer si hay anomalías en el útero y el estado de las trompas.
- Histeroscopia: para realizar esta prueba diagnóstica es necesario introducir un endoscopio por vía vaginal para conocer la cavidad uterina.
¿Cómo se clasifican las malformaciones uterinas?
Existen diversos tipos de malformaciones que pueden afectar al útero y al sistema reproductivo de la mujer de diferentes formas.
La clasificación más común es la siguiente:
- Útero dismórfico: destaca porque las paredes del útero son sensiblemente más gruesas de lo habitual por lo que la cavidad del útero es más reducida. En este caso de anomalías podemos encontrar dos tipos principales: el conocido como útero en forma de “T” y el útero infantil.
- Útero septado: se trata de la malformación uterina más frecuente, con cerca de un 50% de los casos. Cuando esto sucede la cavidad del útero está separada por un tabique que puede llegar hasta la mitad del espacio uterino (septo parcial) o prolongarse hasta el cérvix (septo completo).
- Útero unicorne: sucede cuando el útero es de menor tamaño y solo encontramos una trompa de Falopio.
- Útero bicorne: en este caso, encontramos en las mujeres dos cavidades uterinas simétricas. Sin embargo, ninguna de ellas se encuentra completamente desarrollada. Además, encontramos una especie de hendidura que las separa y que puede llegar hasta el orificio cervical interno o externo (útero bicorne completo) o bien solo hasta el interior del útero (útero bicorne parcial).
- Útero didelfo: también es conocido como “útero doble” ya que encontramos dos cavidades uterinas de menor tamaño totalmente independientes entre sí. Cuando esto sucede, las opciones de lograr el embarazo son prácticamente normales, aunque debemos indicar que aumenta el riesgo de abortos de repetición, partos prematuros o complicaciones durante el parto.
- Útero arcuato: el útero se observa y considera prácticamente normal. Existe un pequeño septo por la reabsorción defectuosa del tabique central, pero prácticamente se ha producido por completo.
- Agenesia: se trata de la ausencia total de útero y, en ocasiones, también de las Trompas de Falopio, el cérvix e, incluso, parte de la vagina.
¿Es posible lograr el embarazo con malformaciones uterinas?
En este caso la respuesta es sí, pero con ciertas matizaciones puesto que en función de la malformación y de su gravedad, puede ser más o menos viable, o tener más riesgo de sufrir abortos de forma espontánea o fallos de implantación que no den lugar ni siquiera al embarazo. En algunos casos, sobre todo aquellos que tienen más que ver con la implantación del embrión, es posible que sea necesario buscar opciones de tratamiento para mejorar la fertilidad, como la cirugía para corregir la malformación o recurrir a tratamientos de reproducción asistida como la Fecundación in Vitro (FIV).
A su vez, es importante, durante el desarrollo del embarazo tener una especial vigilancia y control sobre el mismo de forma periódica para controlar que la gestación avanza de forma adecuada.