Las preguntas sobre anticoncepción en chicas jóvenes son de las más frecuentes que nos podemos encontrar en la consulta ginecológica; de hecho, la gran mayoría de chicas jóvenes que acuden a nosotros por primera vez lo hacen para asesorarse o para pedir directamente la prescripción de anticonceptivos. La edad en la que esto ocurre es variable, pero suele darse alrededor de los 20 años. Es fundamental que en esta consulta expliquemos con claridad las distintas opciones que tenemos y que también orientemos sobre cuál es la opción más adecuada en cada caso.
Para poder hacer un asesoramiento certero, la primera pregunta que debemos realizar a cualquier paciente -y a las jóvenes en particular-, es si tiene o no una pareja estable. Si tiene una pareja estable, podríamos plantear un método anticonceptivo hormonal, bien sea oral, vía transdérmica o vaginal. Los tres tienen una eficacia similar y depende de lo que prefiera la paciente y de cuál sea la mejor vía para asegurar que se cumple el tratamiento. En el caso de que la mujer no tenga una pareja estable, debemos recomendar un método de barrera, especialmente, el preservativo masculino, por ser el más efectivo para evitar el embarazo y prevenir enfermedades de transmisión sexual (ETS).
Y en este punto llegamos a otra cuestión fundamental: debemos recordar a nuestras pacientes que mantener relaciones sexuales sin usar un método anticonceptivo de barrera no sólo las sitúa ante un riesgo de embarazo, sino también ante la posibilidad de contraer diversas ETS, algunas, incluso, que podrían poner en peligro su vida. Desde mi experiencia, debo decir que la mayor parte de las personas jóvenes son conscientes de ello y que toman precauciones, gracias a las campañas de educación sexual y a la información que reciben en su formación escolar. Pese a ello, no está de más que se lo recordemos.
De la misma manera que debemos recordarles que el uso de anticonceptivos hormonales conlleva un aumento de riesgo de fenómenos trombóticos (que en pacientes jóvenes y sanas es mínimo, pero al que hay que estar atento) y beneficios secundarios, como son el mejor control del ciclo, una menor cantidad en el sangrado menstrual, menor dolor con las reglas y mejor control del acné. Como durante los primeros meses de uso de anticonceptivos hormonales pueden aparecer sangrados irregulares -que, a pesar de ser normales, pueden alarmar a la mujer-, es importante recalcar que ante cualquier duda lo mejor es que nos consulten de inmediato.
Los métodos hormonales o el preservativo masculino, como hemos dicho, son los más recomendables para mujeres jóvenes y los más solicitados por ellas mismas. Existen otros métodos, como puede ser el DIU, los implantes hormonales o los anticonceptivos inyectables. Aunque por ser joven no hay contraindicación para ninguno de ellos, no es habitual su prescripción en mujeres jóvenes, que prefieren métodos más sencillos y de efectos no duraderos.
En ocasiones, la consulta viene motivada por dudas sobre “la píldora del día después”, que no se trata de un método anticonceptivo propiamente dicho, sino que evita un posible embarazo tras haber mantenido relaciones sexuales de riesgo, es decir, sin precaución. Es un método muy efectivo pero que no debe ser usado como anticonceptivo habitual -como la mayoría de pacientes ya sabe-, sino tan sólo en casos de urgencia.
La anticoncepción en mujeres jóvenes es un tema de máxima importancia y que requiere que empleemos todo el tiempo necesario en la consulta para que entiendan todas las posibilidades con las que cuentan y así poder ayudarles a tomar la mejor decisión, teniendo en cuenta sus preferencias y su estilo de vida. Y aunque es cierto que, hoy en día, una gran parte de las chicas jóvenes que llegan a nuestra consulta tienen las ideas muy claras gracias al fácil acceso que tenemos a la información, siempre nos tendrán disponibles para asesorarlas.
Estefanía Abanto es ginecóloga y miembro del equipo de Ginecología y Reproducción Asistida del Doctor Gorka Barrenetxea.