Por el Comité Editorial de Reproducción Bilbao
Como ya sabéis, la ovulación tiene lugar durante vuestro ciclo menstrual.
Es posible que durante el proceso se produzca un ligero sangrado, siendo los síntomas más comunes el dolor de cabeza, riñones o vientre, e incluso dolor y opresión en los pechos.
Estas molestias, que suelen aparecer entre uno y dos días antes de la ovulación y tienen una duración que puede ser hasta de una semana, se asocian a los cambios propios de la hormonación y al momento en el que el óvulo se libera.
¿Por qué me duelen los ovarios durante el proceso de ovulación?
Durante la ovulación, el aparato reproductivo de las mujeres se muestra en un momento elevado de actividad, culminando en el momento en el que el óvulo se separa del ovario e inicia su camino hacia la trompa para ser fecundado.
Por normal general, y si no existe ningún problema que no se haya detectado, el dolor es causado por:
- Inflamación de los folículos en los ovarios.
- El momento en el que el óvulo se libera del ovario para dirigirse hacia la trompa
- Contracción de las trompas para facilitar el movimiento del óvulo, e incluso del embrión, hacia el útero
Además, como síntoma del embarazo, pueden aparecer molestias en los ovarios de forma posterior a la ovulación.
¿Es normal presentar un leve sangrado durante la ovulación?
Como hemos mencionado, durante el proceso de ovulación, es frecuente que las mujeres puedan mostrar un pequeño sangrado. Este sangrado puede, también, aparecer durante la implantación del embrión y no debemos confundirlos.
El dolor derivado de la ovulación suele manifestarse durante el día o los dos días posteriores a esta. Sin embargo, la implantación del embrión puede producirse de 7 a 9 días después de la fecundación.
Durante este proceso es frecuente encontrar cierto dolor abdominal o de los ovarios, así como otros síntomas como dolor de cabeza, presión y dolor en los pechos e incluso cierta somnolencia o aletargamiento.
Cuando este dolor se asocia con los síntomas del embarazo, se manifiesta como una pequeña presión abdominal con un dolor moderado.
Si estas molestias se agudizan o persisten en el tiempo, o se presenta también un sangrado vaginal más abundante de lo normal, puede ser síntoma de aborto, por lo que debéis poneros de inmediato en manos de vuestro ginecólogo para poder estudiar y evaluar la situación.