Hace algunos días, publicamos en el blog una entrada bajo el título “Los ácidos grasos Omega 3 mejoran la calidad del semen”. Era un escueto resumen de mi tesis doctoral. Los medios de comunicación también encontraron de interés los resultados de este estudio, que presentaré de nuevo en octubre, en Boston, en la “Conjoint Meeting of the International Federation of Fertility Societies and the American Society for Reproductive Medicine”; un congreso en el que se reunirán los expertos más destacados en medicina reproductiva.
En la entrada explicábamos que el aporte de una suplementación exógena (obtenida a través de la dieta, puesto que el cuerpo no lo genera) “a base de aceite de microalgas, rico en DHA (ácido docosahexaenoico) y en dosis de 800mg/día durante 10 semanas”, permite que los pacientes infértiles alcancen niveles de calidad de semen similares a los de un donante, “a quien se le exige un nivel muy alto de calidad seminal”. Así es.
¿Cómo llegamos a esta conclusión? Dividimos a nuestros pacientes en tres grupos: a los primeros les suministramos, durante 10 semanas, placebo (aceite de oliva); a los segundos, unas dosis diarias de 400mg de DHA; a los terceros, unas dosis diarias de 800mg de DHA. Y, en efecto, en el tercer grupo se observó una correlación entre el aumento de la concentración este ácido y la mejora de la calidad del esperma. Por tanto, este suplemento exógeno podría ser beneficioso en ciertos hombres infértiles si se les administra antes de completar un tratamiento de fertilidad. Aún queda campo para el estudio. Por ejemplo, debe analizarse la posible relevancia en la mejora de la calidad del esperma si se suministran dosis mayores y durante un tiempo más prolongado.
Tal y como os he adelantado, profundizaré sobre estas cuestiones en Boston, en el mes de octubre. A continuación, incluyo el resumen de mi ponencia (en inglés):