La adopción de embriones es una de las últimas modalidades de reproducción asistida, que se detalla exhaustivamente en el libro de mismo título escrito por Javier Nadal, director de la Unidad de Reproducción Asistida del centro que inauguró la posibilidad de que los embriones congelados que sobraban de tratamientos de fertilidad dieran la felicidad a familias o a mujeres solas que querían tener hijos de otra manera.
Aunque la fórmula más habitual es la fecundación in vitro, a partir de los 40 años aumenta el riesgo de y se plantea la opción de ser madre a partir de los embriones sobrantes de otra pareja. Aunque aún son pocos los embriones que se destinan a este fin, son suficientes para responder a una demanda aún pequeña.