Por María De Las Heras
¿Qué significa cultivar embriones? Muchas pacientes se lo preguntarán cuando reciben la llamada del embriólogo para informarle de que sus embriones “en cultivo” están evolucionando correctamente, o que vamos a realizar un cultivo hasta blastocisto… y se preguntarán ¿dónde cultivan mis embriones? Con este post queremos intentar explicar en qué consiste cultivar los embriones y la importancia de que este cultivo se lleve a cabo utilizando los “medios de cultivo” adecuados.
La finalidad de la fecundación in Vitro (FIV) y el cultivo embrionario es conseguir embriones de buena calidad capaces de desarrollarse e implantar, dando lugar a nacimientos viables. El éxito de la FIV está sensiblemente comprometido si las condiciones del cultivo no son las óptimas, ya que, de esta forma, se puede afectar al desarrollo embrionario normal y disminuir la viabilidad del mismo.
Para obtener un correcto desarrollo embrionario es necesario no sólo disponer de condiciones óptimas en el ambiente del laboratorio e incubadores sino también de unos medios de cultivo adecuados que soporten el desarrollo desde la obtención del ovocito hasta la transferencia del embrión al útero.
Cuando la fecundación se produce de forma natural tiene lugar en las Trompas de Falopio y desde allí el embrión avanza hasta alcanzar el útero, donde podrá implantarse, sobre el día 5 o 6 de su desarrollo, en el estadio de blastocisto. El embrión humano a medida que avanza por las trompas hasta alcanzar el útero e implantarse va cambiando sus necesidades energéticas para su correcto desarrollo. Por ello, durante el tiempo que avanza por las Trompas, el líquido que le rodea y le facilita los nutrientes va cambiando de composición .
Este cambio en las necesidades del embrión tiene que verse reflejado en los medios de cultivo que utilizamos en el laboratorio permitiendo simular al máximo el ambiente uterino. Para ello utilizamos placas de cultivo embriotestadas en las que depositamos microgotas de estos medios de cultivo donde colocamos los embriones. A medida que estos se desarrollan, como hemos dicho, sus necesidades energéticas cambian y para satisfacer esas necesidades es necesario que el embriólogo en el laboratorio vaya cambiando a los embriones de medio. Esto es, a medida que se desarrolla el embrión en el laboratorio se han de modificar las condiciones del medio en el que vive, de la misma forma que ocurre en la fecundación in vivo (en las trompas de Falopio de la mujer).
Al inicio de las técnicas de fecundación in vitro, los embriones se transferían al útero “cuanto antes”, ya que no existían medios que pudieran soportar un correcto desarrollo hasta blastocisto y se transfería más de uno ya que la congelación de embriones tampoco estaba muy desarrollada. Actualmente, los medios que se usan en los laboratorios, junto con la aparición de incubadores como el Embryoscope TM o el Geri TM que mantienen más estables las condiciones de cultivo permiten a los embriólogos cultivar los embriones hasta estadios más avanzados de su desarrollo. De esta forma, la capacidad de seleccionar el mejor embrión (aquel con mayor probabilidad de implantación) mejora. Además, al seleccionar mejor y disponer de un programa de vitrificación muy desarrollado, podemos transferir un solo embrión. Todo ello nos lleva a tener más embarazos en general y menos gestaciones múltiples en particular, en definitiva a tener los mejores resultados.