La endometriosis supone hoy en día uno de los principales problemas relacionados con la infertilidad. Se estima que, aproximadamente el 50% de las mujeres que la sufren, no podrán lograr el embarazo de forma natural.
A pesar de ello, sigue habiendo un importante desconocimiento sobre esta enfermedad, tanto por parte de las mujeres como por parte de la comunidad científica, en cuanto a su origen y su mejor tratamiento.
Aunque es cierto que, a lo largo de los últimos años, se ha comenzado a hablar más sobre la endometriosis, en especial durante el mes de marzo dedicado a visibilizar y normalizar la enfermedad, es importante dar a conocer sus síntomas y recalcar la importancia de que es una enfermedad que llega a dificultar el día a día de las mujeres que la padecen, por lo que también se pretende informar sobre la necesidad de entender y empatizar desde los distintos sectores con las mujeres afectadas.
¿Qué es la endometriosis?
La endometriosis es una enfermedad benigna que consiste en la presencia de tejido endometrial fuera de su ubicación natural, el endometrio, que es el tejido que recubre la cara interna del útero.
Este tejido se desarrolla y se elimina cada mes cuando tiene lugar la menstruación. Cuando encontramos este tejido fuera de su ubicación natural, por lo general en el ovario, la cavidad abdominal o, incluso, en las trompas de Falopio, es cuando podemos hablar de endometriosis.
Hoy en día, se estima que afecta, al menos, a 1 de cada 10 mujeres en todo el mundo. Su síntoma más destacado es un dolor realmente severo que puede llegar a incapacitar a las mujeres durante su día a día.
Uno de los grandes problemas con el que nos encontramos en cuanto a la endometriosis es el desconocimiento y la falta de información y concienciación de los síntomas por parte de las mujeres, confundiendo el dolor provocado por la endometriosis con un dolor agudo de los síntomas menstruales.
Desde Reproducción Bilbao, siempre insistimos en la importancia de que, a la menor duda, las mujeres se pongan en manos de profesionales para realizar las pruebas diagnósticas pertinentes y, en el mejor de los casos, descartar la enfermedad y buscar el origen del dolor o poder tratar la enfermedad lo antes posible para mitigar al máximo su impacto en el día a día de la paciente.
¿Cuál es la relación entre endometriosis e infertilidad?
Es importante mandar el mensaje de que la endometriosis no es sinónimo de que las mujeres no puedan lograr el embarazo de forma natural.
Sin embargo, sí que hay que considerar que, en función de la gravedad en que se presente, puede ser necesario recurrir a los especialistas en infertilidad para diagnosticar el problema y determinar el mejor tratamiento de reproducción asistida que nos ayude a lograr el embarazo.
En este sentido, cuando la aparición de este tejido se presenta en los ovarios, suele relacionarse con problemas en la ovulación, ya sea con un ciclo irregular o incluso con la ausencia de la propia ovulación.
Recientes estudios indican, además, que la endometriosis puede afectar también a la calidad de los óvulos, puesto que, en base a dichos estudios, el número de mitocondrias en el caso de los ovocitos que provienen de mujeres con endometriosis, podría estar reducido considerablemente.
En el caso de que este tejido se encontrara en las Trompas de Falopio, el óvulo no podría realizar su recorrido a través de las trompas por lo que no llegaría a ser fecundado.
No debemos olvidar tampoco que, según avanzan los años, la calidad de los óvulos comienza a descender por lo que junto a la endometriosis son factores que pueden hacer difícil que se logre el embarazo.
¿Por qué es importante preservar la fertilidad en los casos de endometriosis?
Es una situación muy frecuente que una mujer diagnosticada de endometriosis todavía no haya podido ser madre, ya sea por su edad, por no haber encontrado el mejor momento o directamente por consecuencia de la propia enfermedad.
Una vez diagnosticada la enfermedad, la preservación de la fertilidad, si es posible antes de los 35 años, se presenta como una opción aconsejable para poder buscar el embarazo cuando la mujer lo decida y, sobre todo, de hacerlo con sus propios óvulos.
Vitrificar los óvulos cuando la enfermedad se encuentra poco avanzada, nos permite obtener mayor número de óvulos y de mayor calidad, por lo que posteriormente, si fuera necesario recurrir a un tratamiento de Fecundación in Vitro para lograr el embarazo, tendremos más opciones de obtener embriones aptos para ser transferidos y aumentar las probabilidades de lograr el embarazo.
Además, en los casos en los que la calidad de los óvulos no sea la deseada, o incluso la reserva ovárica se vea afectada, bien por la propia edad o a consecuencia de la enfermedad, la Fecundación in Vitro permite seleccionar aquellos óvulos que muestren mejores condiciones para fecundarlos posteriormente en el laboratorio.