Año: 2020

Por Jon Iker Arambarri (Especialista en Ginecología y Obstetricia)

Se acercan días de celebración y como en otros tantos lugares para nosotros la mesa es el punto de encuentro de la familia por excelencia. Son unas fechas en las que acostumbramos a celebrar con riquísimas viandas, acompañadas de muchos brindis, y algún que otro capricho culinario; pero claro está todo ello tendrá el aspecto negativo: las comilonas, los excesos… y el daño en nuestra salud.

¿Y para las embarazadas?

Durante 40 semanas, el metabolismo “especial”, las necesidades del bebé y el equilibrio nutricional son claves para la gestante y condicionan enormemente su alimentación, que requiere un adecuado control y en ocasiones, algunas restricciones. La Navidad y sus festejos pueden suponer un problema en cuanto a la alteración de las rutinas saludables de la gestante, siempre que no se respeten algunas recomendaciones.

Moderación. El mejor consejo

• La ingesta calórica adecuada para una embarazada es de 1800-2400 kcal diarias, en función del trimestre del embarazo.
• Deberemos respetar, además, la adecuada proporción entre los grandes grupos de macronutrientes (carbohidratos, grasas y proteínas), y evitar el excesos de consumo de azúcares de absorción rápida, grasas saturadas y proteínas animales que pueden ocurrir en los ágapes navideños.
• Por otro lado, tanto para un metabolismo como para una función intestinal adecuadas, recordad la recomendación de 5 ingestas diarias, ya que comidas copiosas o tardías pueden afectar a la embarazada en forma de reflujo gástrico y acidez, distensión abdominal, dispepsia (malestar gástrico) y constipación (estreñimiento).

Elegir aquellos alimentos que mayores beneficios ofrecen a la gestante y a su bebé, es el siguiente consejo.

• El aceite de oliva es un pilar tanto de la dieta mediterránea como de la tradición culinaria vasca. Aporta ácidos grasos omega3, oleico y antioxidantes; reduce el riesgo de daño cardiovascular (que puede aumentar ligeramente por el embarazo), la diabetes gestacional y los trastornos gastrointestinales; y es un aporte fundamental de nutrientes en la formación de órganos fetales fetal.
• Los frutos secos como nueces, avellanas, anacardos,…, aportan ácidos grasos no saturados y minerales como calcio, magnesio y zinc, y también ácido fólico y vitamina E. Aunque es conveniente no excederse, por sus altos niveles de colesterol.
• La ingesta diaria de 1,5 l de agua (tanto directa como en alimentos, zumos , infusiones o sopas) es fundamental tanto para la homeostasis materna, como para una adecuada función cardiovascular y renal. Así mantendremos alejados problemas como la hipertensión y las infecciones urinarias, y el cuidado de piel y mucosas.
• El huevo, concretamente su yema, es una fuente de proteínas de alta calidad, y de vitaminas A, B, D y E; tómalo 2-3 veces por semana.
• Las legumbres son un alimento global por su aportación de carbohidratos de absorción lenta, proteínas, vitaminas y minerales, por lo que son la mejor elección para tus entrantes.
• Los pescados azules contribuyen a tu dieta con altos valores de ácidos grasos omega 3 como el linolénico, y a su vez son fuente inestimable de vitamina D y calcio.

Pero existen otros alimentos que, bien por su composición o por ser vía de entrada de patógenos, es preferible evitar en estas fechas.

• Los lácteos derivados de leche no pasteurizada (como quesos frescos, tipo feta o Camembert), así como el paté y afines pueden ser fuente de infección por Listeria, mejor evitarlos.
• Mientras que productos de origen vacuno  han de ser preferiblemente congelados previamente (mínimo de 3 días), o bien descartados, para preservarnos de la toxoplasmosis, en aquellas embarazadas no inmunoprotegidas.
• Aunque el anisakis no afecte directamente al feto, la gestante puede padecer un cuadro infeccioso o anafiláctico, por lo que se aconseja no consumir pescado fresco, en conserva de vinagre o “sushi” (salvo si ha sido cocido o cocinado).
• Y lógicamente, el consumo de alcohol está en absoluto desaconsejada, no importa la fecha ni el motivo de celebración.

Por último, es conveniente trasmitir que la alimentación es también un motivo de satisfacción y placer y de gratificación por ser un acto social y de participación, de gran significación en nuestra sociedad. Y por ello, también es fuente de beneficios síquicos y emocionales, cuya aportación a la salud afectiva de la gestante no debemos olvidar.

No conviene por tanto excederse en la rigidez de las recomendaciones dietéticas, y no vivir estas fiestas y sus comidas desde la perspectiva del control y la restricción, ni caer en el apresuramiento o la ansiedad; porque mientras se respeten las claves de la nutrición equilibrada y saludable, no habremos de temer por un pequeño capricho culinario de vez en cuando. 

Por último, recordar las palabras del estadista E.Stanley:

“Aquellos que piensan que no tienen tiempo para una alimentación saludable tarde o temprano encontrarán tiempo para la enfermedad”

Por el Comité Editorial de Reproducción Bilbao

Esto es lo que en ocasiones nos han pedido algunos pacientes. Y no es que el equipo de Reproducción no se lo quiera dar, es que sencillamente no existe.

A lo que estos pacientes se refieren es a que quieren tener un hijo SANO, pues bien, con las actuales técnicas y conocimiento disponible para la reproducción humana asistida, les podemos ofrecer un hijo cromosómicamente NORMAL, que es un poco diferente, a continuación trataré de explicarlo.

Cuando unos pacientes deciden hacerse el “estudio genético” antes de que sus embriones sean transferidos al útero lo que hacemos es estudiar los cromosomas de esos embriones para aumentar las posibilidades de éxito reproductivo, reduciendo el número de abortos, por ejemplo. Podemos saber si están los 23 cromosomas necesarios para el correcto desarrollo de un ser humano y si estos cromosomas están enteros ( faltan o sobran fragmentos, lo que puede implicar ciertos síndromes o enfermedades).

Para ilustrar pondremos algunos ejemplos, podríamos saber si embrión tiene un cromosoma 21 extra (síndrome de Down), o un cromosoma 18 (síndrome de Edwards)…cromosoma 13 ( síndrome de Patau).o una pequeña delección (pérdida de una parte de un cromosoma) del cromosoma 22, que da lugar al síndrome di George… y así cualquier alteración que tenga como origen los cromosomas.

Sin embargo, esto no quiere decir que el futuro bebé vaya a estar libre de cualquier enfermedad, pues hay enfermedades que pueden tener su origen en un mutación genética y esto no quedaría patente en el estudio cromosómico que se realiza previamente a no ser que vayamos en concreto a estudiar esa mutación (porque ya exista sospecha en esa familia). A veces incluso esas mutaciones se producen de forma espontánea, sin que haya historia familiar previa… son mutaciones que también ocurren en embarazos generados de forma natural .

Si nos paramos a pensarlo, en realidad nadie estamos “perfectamente sanos” dese un punto de vista genético. El que no tiene historia familiar con antecedentes que padezcan de la rodilla, lo tiene que padecen de colesterol alto, o de algún tipo de cáncer, o de migrañas o de algún abuelo que murió con Alzheimer o una enfermedad cardíaca, hipermetropía, ansiedad, depresión…. la mayoría de enfermedades puede tener cierto carácter hereditario. Por eso, definir SANO, en la consulta es importante, porque aunque podemos evitar algunos problemas, desde el momento en el que elegimos tener descendencia nos exponemos a tener un hij@ que puede padecer alguna enfermedad.

Por el Comité Editorial de Reproducción Bilbao

El Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP) es una patología más frecuente de lo que podríamos pensar. En este sentido, afecta a las mujeres desde su adolescencia y, según los estudios clínicos publicados al respecto, puede llegar a afectar a 1 de cada 10 mujeres en edad reproductiva.

¿Qué es el Síndrome de Ovarios Poliquísticos?

En primer lugar. debemos hacer una pequeña diferenciación ya que una confusión muy frecuente es confundir ovarios poliquísticos y el síndrome de ovarios poliquísticos.

Los ovarios poliquísticos no son una enfermedad, sino una afección con la que pueden nacer las mujeres y que radica en la ausencia de producción de las hormonas necesarias para que se produzca la maduración de los óvulos. Este hecho dificulta la ovulación de forma por lo que sus óvulos permanecen en mayor cantidad dentro del ovario.

Por otro lado, cuando nos referimos al Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP) hacemos alusión a un trastorno metabólico femenino. Este síndrome repercute en la ausencia de ovulación y se acompaña de posibles síntomas como el aumento del vello corporal, acné o incluso síntomas más severos como el aumento significativo de peso y el incremento de hormonas masculinas. En estos casos la mujer puede presentar más vello de lo habitual, mucho acné e incluso resistencia a la insulina.

Aunque su origen aun es desconocido, sí se considera que puede estar relacionado con cierto tipo de predisposición genética hereditaria e, incluso, se relaciona con factores ambientales, y presenta unos síntomas comunes en la mayoría de las pacientes:

• Alteraciones en el ciclo menstrual y sangrado abundante.
• Ausencia de ovulación
• Alteraciones en el metabolismo, como, por ejemplo, desarrollar intolerancia a la glucosa

A pesar de que el Síndrome de Ovarios Poliquísticos está muy relacionado con la infertilidad a causa de los ciclos menstruales irregulares y las alteraciones en la ovulación, no significa que las mujeres que lo sufren no puedan quedarse embarazadas.

Eso sí, en los casos en los que decidan quedarse embarazadas, tal vez el proceso sea más difícil ya que el desequilibrio hormonal puede interferir directamente en la ovulación. Por suerte, existen algunos métodos mejorar la función ovulatoria y, de esta forma, aumentar las probabilidades de embarazo.

¿Puedo quedarme embarazada si tengo Síndrome de Ovarios Poliquísticos?

Las pacientes con Síndrome de Ovarios Poliquísticos no deben descartar quedarse embarazadas de forma natural.  Por suerte, gracias a los avances que se realizan en investigación en el campo de la Medicina Reproductiva, las posibilidades han aumentado de modo considerable.

Para conseguir el embarazo, lo primero que se debe hacer es restablecer los ciclos normales. Para ello, un primer paso esencial es practicar un estilo de vida saludable donde tengan su lugar tanto el ejercicio como ciertas pautas para bajar de peso y hacer un detenido control de los hábitos dietéticos de la madre antes del embarazo.

Además de tener un estilo de vida más saludable, los tratamientos para favorecer la ovulación, así como terapias de baja o alta complejidad, según sea el caso, ayudan a las mujeres que padecen este Síndrome a quedarse embarazadas.