Cuando una pareja o una mujer inicia un tratamiento de reproducción asistida para lograr su embarazo, cada detalle cuenta.
Dentro de las distintas fases de un tratamiento, un paso fundamental es la preparación del endometrio para que esté preparado para el momento de la transferencia y aumentar, con ello, su receptividad.
En este caso, el estudio que hemos realizado desde Reproducción Bilbao se centra en los ciclos de transferencia de embriones criopreservados (TEC) y la administración de los tratamientos hormonales que ayudan a sincronizar ese proceso y aumentar, así, las posibilidades de embarazo, jugando la progesterona un papel fundamental.
Es aquí cuando puede surgir la duda sobre la conveniencia de que la progesterona se administre por vía oral o vaginal.
A continuación, os explicamos los principales resultados de nuestro estudio y cómo lo hemos realizado.
¿Qué es la progesterona y por qué se administra en un tratamiento de reproducción asistida?
Para comenzar debemos entender que la progesterona es una hormona esencial en el proceso reproductivo. Su función principal es preparar el endometrio, es decir, el revestimiento del útero, para que el embrión pueda implantarse y desarrollarse dando lugar al futuro bebé.
En un embarazo natural, el cuerpo produce progesterona de manera natural después de la ovulación. Sin embargo, en los tratamientos de reproducción asistida, como la transferencia de embriones criopreservados (TEC), es necesario aportar progesterona de manera externa para asegurar que el endometrio esté receptivo en el momento exacto de la transferencia.
Dicho de una manera sencilla, la progesterona ayuda a crear el entorno adecuado para que el embrión pueda “anidar” y continuar su desarrollo.
¿Cómo se ha realizado el estudio?
El estudio publicado por Reproducción Bilbao se llevó a cabo entre septiembre de 2022 y junio de 2023 en un centro universitario de reproducción asistida y tuvo como objetivo evaluar la tasa de nacidos vivos después de la administración de la progesterona por vía oral o vaginal.
Para ello, contamos con una muestra de 492 mujeres, todas ellas con blastocistos euploides obtenidos a partir de ovocitos propios tras un diagnóstico genético preimplantacional para aneuploidías, es decir, embriones analizados y capaces de dar lugar a un embarazo.
Al margen, a cada paciente se le hizo un seguimiento completo, desde la estimulación ovárica hasta la transferencia de los embriones congelados y, en los casos de éxito, hasta el parto.
Para la obtención de los embriones, en primer lugar, se procedió a la estimulación ovárica con medicación hormonal – progesterona – para conseguir un mayor número de óvulos.
En este punto, se separó a todas las mujeres en dos grupos de forma que una parte de ellas recibió la progesterona por vía oral y la otra parte por administración vaginal.
Después de la punción ovárica para extraer los embriones en las mujeres cuyos resultados analíticos así lo permitieron, los óvulos se fecundaron en el laboratorio mediante la técnica de ICSI (inyección de un espermatozoide dentro del óvulo) y permanecieron en los incubadores hasta alcanzar el estado de blastocisto momento en el que se biopsiaron para su análisis genético y posterior vitrificación.
Después de la transferencia de los embriones, se siguió a cada paciente con análisis y ecografías para confirmar el embarazo y se mantuvo el tratamiento hormonal hasta la semana 10 de gestación.
Principales resultados del estudio:
Después de analizar los resultados y seguimiento del ensayo, los principales datos que refleja el estudio son:
- las pacientes muestran las mismas posibilidades de embarazo y nacimiento: no se encontraron diferencias significativas en las tasas de embarazo, nacidos vivos ni abortos entre las mujeres que tomaron progesterona por vía oral o vaginal.
- Niveles en sangre diferentes: la progesterona oral alcanzó concentraciones más altas en sangre que la vaginal, pero esto no se tradujo en mejores resultados clínicos.
- Parto y recién nacidos: no hubo diferencias en la tasa de partos prematuros ni en el peso de los bebés. La única variación fue que el número de partos por cesárea fue algo más elevado en el grupo que usó la progesterona vaginal.
Por tanto, en base a las conclusiones obtenidas, desde Reproducción Bilbao podemos afirmar que ambas vías de administración de progesterona son igual de eficaces para conseguir un embarazo y un nacimiento vivo.
Esto significa que la elección puede adaptarse más a la comodidad y preferencia de la paciente, siempre bajo la indicación del equipo médico, lo importante es que la progesterona esté presente en el momento indicado dentro del tratamiento de reproducción asistida.
Podéis leer el artículo completo pinchando aquí.