Comienza el mes de marzo y con ello un mes en el que se intenta dar visibilidad a una enfermedad tan desconocida y silenciosa como dolorosa para las mujeres que la padecen, como es la endometriosis.
Una enfermedad que cuyos principales síntomas se asocian en muchas ocasiones con los dolores propios de la regla, pero cuyas implicaciones pueden ir mucho más allá, tanto desde un punto de vista físico como psicológico.
Con el objetivo de que podáis conocer todos sus síntomas y, sobre todo, sus posibles consecuencias, hemos preparado un listado con algunas de las preguntas más frecuentes relacionadas con la endometriosis.
¿Qué es y que implica la endometriosis?
En primer lugar, a pesar de sus posibles implicaciones, debemos decir que la endometriosis es una enfermedad benigna. Pero, al mismo tiempo, es progresiva.
Por otro lado, es cierto que afecta a un gran número de mujeres, se estima que 1 de cada 10 aproximadamente y que sus síntomas pueden llegar a afectar en el día a día de las pacientes.
Si lo explicamos de una forma sencilla, podemos decir que la endometriosis consiste en la presencia de tejido endometrial fuera de su ubicación natural.
Es decir, el endometrio es el tejido que recubre la cara interna del útero, es el tejido que cada mes se desarrolla y que desaparece con la menstruación. Sin embargo, en ocasiones este tejido se presenta en otros lugares como el ovario o la cavidad abdominal. Cuando ese tejido está fuera de su sitio natural, se produce la endometriosis.
¿Cuáles son los principales problemas que se asocian con la endometriosis?
En este sentido, por lo general, la endometriosis tanto con un dolor durante la menstruación con una intensidad fuera de lo normal y con los posibles problemas que ese tejido fuera de su ubicación natural puede ocasionar en la fertilidad de las mujeres.
El dolor es provocado por las inflamaciones o adherencias que se generan cuando el tejido aparece o crece fuera de su lugar natural.
Por otra parte, en algunas mujeres, la endometriosis cursa con el desarrollo de quistes y con problemas de fertilidad. De hecho, según los últimos estudios, cerca del 40% de las mujeres que muestran problemas de infertilidad, tienen endometriosis.
¿Existe algún tipo de tratamiento para la endometriosis?
Cuando se plantea un tratamiento médico de la endometriosis se intenta, por una parte, frenar o detener su progresión y, por otra, aliviar el dolor.
En ciertas ocasiones, el tratamiento médico no es suficiente y se ha de recurrir al tratamiento quirúrgico que intenta extirpar el tejido endometriósico (esto es, el tejido endometrial que esta fuera de su ubicación natural y ocasión a la inflamación y adherencias causantes del dolor).
¿Cuál es la relación entre la endometriosis y la fertilidad?
Como hemos visto antes, las dos implicaciones fundamentales de la endometriosis son el dolor y los problemas que provoca en relación con la fertilidad.
La endometriosis, por diferentes mecanismos, puede afectar a la fertilidad mediante la inflamación, la creación de adherencias, el desarrollo de quistes ováricos y, por tanto, las mujeres con endometriosis tienen una mayor frecuencia de presentar problemas relacionados con la fertilidad.
De la misma manera que los tratamientos médicos, quirúrgicos en este caso, para mitigar ese dolor son altamente efectivos, no tienen esa eficacia cuando hablamos de mejora en las opciones reproductivas.
Por lo tanto, en muchos casos la única opción para muchas pacientes es recurrir a la reproducción asistida para lograr el embarazo. En este sentido, el tratamiento que muestra mayor tasa de éxito es la Fecundación in Vitro (FIV).
No debemos olvidar tampoco que la endometriosis también puede diagnosticarse en mujeres que no desean ser madres en la actualidad, pero no lo descartan en el futuro. En este caso, la preservación de la fertilidad, siempre realizada a una edad entre los 32, 33, o 34 años puede ser una opción de futuro para lograr el embarazo de forma posterior.
En cualquier caso, lo más importante es tener en cuenta que el dolor menstrual (dismenorrea) puede, en ocasiones, ser el síntoma inicial de una endometriosis incipiente y que es importante su detección para evitar su progresión. No consideremos como normal todo dolor menstrual.