Existen muchos tópicos en torno a la donación de semen, un acto altruista que, lógicamente, es anónimo. Este anonimato es, precisamente, la fuente de muchos de los bulos y tópicos que rodean a los donantes de semen: ¿Quiénes serán los donantes? ¿Gente extraña, marginal? ¿Cualquiera puede ser donante?…
Nada más lejos de la realidad. La donación de semen es un proceso completamente reglado y sometido a unas exigencias de calidad muy por encima de la media, tal y como explicábamos en un post anterior. En el caso de Reproducción Asistida Bilbao, los requisitos son máximos y sólo uno de cada diez candidatos logra superar una prueba que, por ejemplo, exige una concentración de 70 millones de espermatozoides por mililitro (la Organización Mundial de la Salud sitúa este requisito en 15 millones) en semen de alta calidad, que es fundamental para conseguir las tasas máximas de embarazos que persiguen los profesionales centro de Reproducción Asistida Bilbao que lidera el Dr. Barrenetxea.
Pero volvamos a las dudas tópicas: ¿Quiénes son los donantes? ¿Gente extraña, marginal?… El perfil de los donantes de semen en Reproducción Asistida Bilbao coincide bastante más con el de Paúl, por ejemplo. Paúl es un joven bermeano, de 21 años de edad, estudiante de 3º de Ingeniería Industrial, al que el periodista de El Correo, Sergio Fernández, le ha dedicado un interesante reportaje en el diario. Paúl es un joven apuesto (se ve en la foto), de más de 1,90 de estatura, que practica la natación y el fútbol y que, sobre todo, tiene una genética extraordinaria. Pero en el caso de Paúl, lo más relevante no es todo esto, sino la sencillez con que entiende su función: «Sé que mi semen hará feliz a una pareja, heterosexual o no, o a una mujer que quiera afrontar la maternidad en solitario. Eso me llena«; y ello, con las ideas muy claras al respecto: «Yo les doy la genética, pero ser padre es otra cosa. Es educar, brindar tu amor; dejar una huella que no está necesariamente en el ADN«.
Hace algunos días, publicamos en el blog una entrada bajo el título “Los ácidos grasos Omega 3 mejoran la calidad del semen”. Era un escueto resumen de mi tesis doctoral. Los medios de comunicación también encontraron de interés los resultados de este estudio, que presentaré de nuevo en octubre, en Boston, en la “Conjoint Meeting of the International Federation of Fertility Societies and the American Society for Reproductive Medicine”; un congreso en el que se reunirán los expertos más destacados en medicina reproductiva.
En la entrada explicábamos que el aporte de una suplementación exógena (obtenida a través de la dieta, puesto que el cuerpo no lo genera) “a base de aceite de microalgas, rico en DHA (ácido docosahexaenoico) y en dosis de 800mg/día durante 10 semanas”, permite que los pacientes infértiles alcancen niveles de calidad de semen similares a los de un donante, “a quien se le exige un nivel muy alto de calidad seminal”. Así es.
¿Cómo llegamos a esta conclusión? Dividimos a nuestros pacientes en tres grupos: a los primeros les suministramos, durante 10 semanas, placebo (aceite de oliva); a los segundos, unas dosis diarias de 400mg de DHA; a los terceros, unas dosis diarias de 800mg de DHA. Y, en efecto, en el tercer grupo se observó una correlación entre el aumento de la concentración este ácido y la mejora de la calidad del esperma. Por tanto, este suplemento exógeno podría ser beneficioso en ciertos hombres infértiles si se les administra antes de completar un tratamiento de fertilidad. Aún queda campo para el estudio. Por ejemplo, debe analizarse la posible relevancia en la mejora de la calidad del esperma si se suministran dosis mayores y durante un tiempo más prolongado.
Tal y como os he adelantado, profundizaré sobre estas cuestiones en Boston, en el mes de octubre. A continuación, incluyo el resumen de mi ponencia (en inglés):
Hace unos días, el pasado 22 de junio, fui entrevistada por la emisora Radio7, desde la que me llamaron para hablar sobre la reciente campaña de captación de donantes de semen que hemos puesto en marcha en nuestro centro de reproducción asistida con el objetivo de proveernos de un semen de calidad, ante el descenso generalizado del nivel del mismo entre los jóvenes.
El teléfono sonó ese día a las 11:30 de la mañana y pronto me enfrasqué en una conversación con el periodista Alberto Hierro, quien, desde el otro lado del teléfono y en directo, consiguió que me sintiera muy cómoda en el transcurso de la entrevista.
Hablamos de las causas por las que ha descendido la calidad del semen. Entre ellas, los hábitos de vida poco saludables y el estrés, como dos factores destacados. También abordamos las exigencias de calidad que hemos establecido en nuestro centro de reproducción asistida en cuanto a la concentración de espermatozoides que han de tener los donantes: 70 millones frente a los 15 que establece la OMS. Yo expliqué que esta exigencia de alta calidad seminal responde a que buscamos la mayor tasa de embarazos en nuestro centro. También expliqué la amplia variedad de fenotipos que integra nuestro banco de semen y el por qué de ello. La razón es sencilla: tratamos de que se correspondan con las características físicas -color de ojos, pelo, estatura…- de las personas que recurren a la reproducción asistida, para que las características del futuro hijo o hija sean similares a las de sus progenitores.
Espero que la grata charla radiofónica que mantuve con Alberto Hierro sirviese para aclarar algo más estas cuestiones y también, como no, para que algún joven oyente sensibilizado ante las necesidades de la reproducción asistida se animase a ser donante. Le esperamos.