La Fecundación in Vitro hace que cada año miles de personas en todo el mundo logren su sueño de formar una familia.
Aunque, en su origen, nació como una técnica que daba la oportunidad de volver a lograr un embarazo a las mujeres que se habían sometido a una ligadura de trompas, hoy en día es la técnica de reproducción asistida más empleada y que mejores tasas de embarazo muestra, tanto con óvulos propios como con los de donante, donde los resultados de éxito son muy elevados.
Pese a ello, y a que podemos decir que la reproducción asistida, en general, y los problemas de fertilidad son algo cada vez más normalizado y muy presentes en el día a día de muchas mujeres y parejas, lo cierto es que aún nos encontramos con algunos mitos que poco o nada tienen que ver con la realidad y que flaco favor hace a quienes se están planteando iniciar un tratamiento para lograr su embarazo.
Si también sois de las que vais a aprovechar estos meses de verano para conocer más sobre la reproducción asistida, tomar la decisión de a qué clínica recurrir o empezar a leer en internet sobre los diferentes tratamientos que realizamos en las clínicas, te recomendamos no perderte este artículo.
A continuación, respondemos a algunos de los principales mitos que encontramos alrededor de los tratamientos de Fecundación in Vitro (FIV).
¡Empezamos!
Los tratamientos de Fecundación in Vitro siempre consiguen el embarazo en el primer intento
Aunque nos gustaría decir que es cierto, la realidad es que no siempre sucede. Sí que hay que poner de manifiesto todos los avances que se han realizado y que son aplicables a la Fecundación in Vitro, como los que se han producido en la monitorización o en la selección de los embriones y que aumentan, y mucho, las opciones de lograr el embarazo.
Sin embargo, factores como la edad, los fallos de implantación, el propio estado del útero u otras patologías que impiden la implantación o desarrollo del embarazo, ya sean genéticas o inmunológicas, pueden hacer que el embarazo no se consiga.
En Reproducción Bilbao creemos que es esencial realizar un estudio en profundidad del estado de la fertilidad de los dos miembros de la pareja y conocer su historial previo para poder diagnosticar antes de empezar el tratamiento cualquier problema que pueda existir para así personalizar al máximo el tratamiento.
Como veremos más adelante, además, en Reproducción Bilbao analizamos genéticamente los embriones en todos nuestros tratamientos para transferir solo aquel con más opciones de lograr el embarazo.
La medicación utilizada en los tratamientos es perjudicial para la salud
Durante un ciclo de Fecundación in Vitro se administra cierta medicación en función de la fase del tratamiento en la que se encuentra la paciente.
De cara a la estimulación de los ovarios, para poder conseguir el máximo número de óvulos posible (sabéis que en cada ciclo menstrual las mujeres solo producen un óvulo de forma natural), se utilizan hormonas.
Toda la medicación que utilizamos en los tratamientos, además de ser segura, debe administrarse de forma personalizada y ser pautada por el especialista en la dosis adecuada para cada paciente en función de sus circunstancias y de los resultados de las pruebas diagnósticas.
Además, esta medicación se administra durante el tiempo estrictamente necesario y siempre bajo el control y seguimiento del equipo médico de la clínica.
La Fecundación in Vitro es un procedimiento doloroso e invasivo
A lo largo de un tratamiento de Fecundación in Vitro encontramos diversos momentos en los que la paciente puede sufrir alguna leve molestia, pero nunca dolor.
Por ejemplo, la mayor parte de la medicación que acabamos de comentar se administra a través de inyecciones autoinyectables que, en algunos casos, puede provocar molestias.
O el momento en el que extraemos los óvulos o transferimos el embrión y que generalmente se hace con una leve sedación para que no tenga molestias durante los 20 minutos aproximadamente que puede durar cada uno de ellos.
Hace años, sí que era más frecuente realizar una prueba invasiva, la amniocentesis, para conocer si el bebé padecía alguna patología cromosómica como el Síndrome de Down que hoy en día se ha sustituido por un simple análisis de sangre gracias a los test prenatales no invasivos.
Solo las mujeres mayores necesitan recurrir a un tratamiento de Fecundación in Vitro para lograr el embarazo
Aunque la edad influye en la fertilidad, no es el único motivo por el que se recurre a un tratamiento de Fecundación in Vitro.
Al margen de existir múltiples factores, desde endometriosis o quistes ováricos, hasta cirugías o tratamientos farmacológicos (como la radio y la quimioterapia) que puedan afectar a la fertilidad de mujeres jóvenes, sin olvidar los problemas que afectan a la fertilidad masculina, no debemos olvidar tampoco a las parejas formadas por dos mujeres o las que buscar ser madre sin pareja y que muchas veces también deben recurrir a estos tratamientos para lograr el embarazo al utilizar para ello una muestra de semen de una donante.
La Fecundación un Vitro aumenta el riesgo de tener un embarazo múltiple
En este sentido debemos decir que, especialmente en el caso de Reproducción Bilbao, esta afirmación es completamente falsa.
Aunque la ley de reproducción asistida permite la transferencia de hasta 3 embriones a la vez, en Reproducción Bilbao tenemos como política generalizada transferir un único embrión (SET – Single Embryo Transfer) previamente analizado y seleccionado genéticamente por nuestras embriólogas en nuestros laboratorios.
De hecho, según el último informe publicado por la SEF (Sociedad Española de Fertilidad) somos el centro con menor tasa de embarazo múltiple con un 98,57% de embarazos simples lo que aumenta tanto la seguridad para el futuro bebé como para la madre, además de aumentar las tasas de embarazo y nacimiento del bebé.
En los tratamientos de Fecundación in Vitro es posible elegir el sexo del bebé
Aunque es algo que oímos con frecuencia y que nos preguntan muchas veces en consulta, esto no es en absoluto así.
La legislación española no permite elegir el sexo del bebé por razones no médicas. Solo en casos muy específicos, como la prevención de enfermedades hereditarias ligadas al sexo, se puede realizar un diagnóstico genético preimplantacional (DGP) que revele el sexo del embrión para interrumpir la transferencia de la enfermedad a los descendientes. Para que esto suceda, además, debe ser aprobado por una comisión después de un estudio exhaustivo del caso.
En los casos de un tratamiento convencional, por así decirlo, la prioridad es transferir siempre el embrión con más opciones de lograr un embarazo viable independientemente de su sexo.