Cuando hablamos de buscar el embarazo, nuestras hormonas tienen, sin duda, un papel protagonista en todas las fases del proceso. Desde la propia ovulación hasta la implantación del embrión que da inicio al embarazo, el equilibrio hormonal es fundamental para lograrlo.
Pero ¿qué son las hormonas y por qué son tan importantes? Bien. Las hormonas son compuestos químicos producidos por las glándulas de nuestro cuerpo que recorren nuestro organismo a través de la sangre cuya función es regular el funcionamiento de distintos órganos.
Por así decirlo, son una especie de mensajeras que envían distintas señales a las células de nuestro cuerpo indicando cómo actuar en función de nuestras necesidades.
Por tanto, en situaciones en las que hay un desequilibrio hormonal, una falta de regulación en las hormonas que favorecen el embarazo pueden dar problemas para conseguirlo.
A continuación, os explicamos cuáles son estas hormonas y cuál es su papel en la búsqueda del embarazo.
¿Qué hormonas están relacionadas con nuestra fertilidad?
Como habéis visto, las hormonas juegan un papel importante para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Cuando hablamos de embarazo y fertilidad, algunas de ellas son esenciales para ayudarnos a conseguir el embarazo de forma natural.
Os las contamos.
- FSH (Hormona foliculoestimulante): la FSH es fundamental para el desarrollo de los folículos que contienen los óvulos.
- LH (Hormona luteinizante): es la responsable de que los ovarios liberen el óvulo.
- Testosterona: es la hormona que regula la libido y el deseo sexual y suele tener mayor presencia los días antes de la ovulación.
- Estrógeno: Esta hormona prepara el revestimiento del útero, el endometrio, para que pueda recibir y nutrir al embrión. Además, ayuda a que el moco cervical facilite el paso de los espermatozoides.
- Progesterona: después de la ovulación, la progesterona prepara al endometrio para la implantación del embrión.
- Prolactina: tras el embarazo, es la responsable de favorecer o impulsar la producción de leche.
- TSH (Hormona estimulante de la tiroides): esta hormona es esencial tanto en la ovulación como durante el desarrollo del embarazo. De hecho, desequilibrios en la TSH, como el hipotiroidismo o el hipertiroidismo, pueden causar ciclos irregulares y problemas para quedar embarazada.
Al margen, no debemos olvidarnos de la hormona antimülleriana (AMH) que nos permite conocer la reserva ovárica la mujer para tomar las mejores decisiones que nos ayuden a lograr su embarazo, ya sea de forma natural como a través de un tratamiento de reproducción asistida si es necesario ante un mal pronóstico reproductivo.
¿Qué sucede si hay un desequilibrio hormonal?
Una pregunta bastante frecuente gira sobre si los desequilibrios en las hormonas afectan directamente en nuestras posibilidades de lograr el embarazo. Lo cierto es que, cuando las hormonas no funcionan como deberían, es posible que aparezcan dificultades para conseguirlo.
Por ejemplo, es habitual que los cambios hormonales afecten a la ovulación. Como sabéis, si en un ciclo menstrual no se libera un óvulo, la fecundación resulta imposible. Esta situación puede darse esporádicamente en muchas mujeres, especialmente al comienzo y al final de su vida fértil.
Otro problema que encontramos con cierta frecuencia relacionado con estos desajustes hormonales es el llamado Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP) y que impide que los folículos ováricos maduren adecuadamente, lo que impide la ovulación.
¿Es posible cuidar o vigilar el equilibrio hormonal para favorecer el embarazo?
Mantener un estilo de vida saludable es fundamental para favorecer el equilibrio hormonal y aumentar nuestras opciones de lograr el embarazo.
En este sentido, una alimentación equilibrada, rica en omega-3, antioxidantes y vitaminas esenciales, aporta los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo. Además, realizar ejercicio de forma moderada ayuda a mantener el cuerpo activo, aunque es importante evitar los entrenamientos extremos, ya que podrían afectar el ciclo ovulatorio.
Por otro lado, gestionar el estrés es clave, ya que niveles elevados pueden afectar negativamente en la ovulación. Técnicas como el yoga o la meditación o simplemente salir a pasear e intentar desconectar nos pueden ayudar a rebajar los niveles de estrés y ansiedad.
No debemos olvidar tampoco la importancia de un descanso adecuado.