El pasado 4 de julio asistí a la Facultad de Medicina de la Universidad de Cantabria a la presentación deltrabajo titulado “Oncological significance of endometrial polyps”, por el cual el, entonces doctorando italiano, Pietro Gambadauro ha obtenido el grado de doctor.
Su tesis ha sido co-dirigida por los profesores José Schneider Fontán, Catedrático de la Universidad de Cantabria y por Rafael Torrejón Cardoso, profesor titular de la Universidad de Cádiz. El hecho de que se tratase de una tesis europea, significa que el tribunal es internacional así que, junto a Javier Llorca, de la Universidad de Cantabria y a Marcello Ceccaroni, de la Universidad de Bolonia, yo también formé parte del Tribunal.
Dentro de un examen ginecológico rutinario es habitual que se incluya la realización de una ecografía vaginal; y no es raro que en dicha ecografía se aprecie una imagen que nos pueda hacer sospechar de la presencia de un pólipo uterino. Ante esta tesitura, normalmente, se recomienda realizar una histeroscopia, que es la visión directa del útero mediante la introducción en el mismo de una óptica conectada a una cámara. Esta prueba se hace para confirmar o descartar la presencia del pólipo, y proceder a extirparlo si es el caso.
El ya doctor Pietro Gambaudauro, cuyo ejercicio profesional se desarrolla en Suecia, me ha hecho reflexionar sobre que, algunas pruebas médicas, aunque sean un tanto habituales, no se han de realizar siempre.
Gambadauro ha demostrado en su tesis que si el pólipo, aun estando en el útero no es sangrante, no es necesario extirparlo porque no tiene relación con el posible desarrollo futuro de un cáncer. Eso es lo que ha demostrado. O, dicho de otra manera y para que nos entendamos: si la mujer no presenta una hemorragia no se deben pedir hacer pruebas que, aunque se hagan de forma rutinaria, no están exentas de originar posibles complicaciones.
Quizá debamos evitar dejarnos llevar tanto por la fuerza de la costumbre, por la comodidad de hacer o pedir cosas y pruebas para curarnos en salud o cubrirnos las espaldas. SI. Quizá, debamos tener más presente que, en Medicina, y en la vida misma, lo que no está indicado está contraindicado.