La mayor parte de embriones que como humanos creamos (sean en reproducción natural o asistida) son cromosómicamente aneuploides (anormales). Tales embriones están destinados a no implantarse en absoluto o a no desarrollarse (abortos).
Por tanto, si evitamos la transferencia de embriones que sean aneuploides reduciremos el número de transferencias a realizar para conseguir un embarazo a término normal.
Las ventajas de realizar esta prueba a los embriones antes de realizar la transferencia son básicamente aumentar las probabilidades de embarazo por transferencia y la seguridad y tranquilidad de que el niño/a es normal desde el momento en el que sabéis que estas esperando un bebé.
Entre los inconvenientes, a priori, podríamos hablar de un incremento del coste económico del procedimiento (que se vería compensado por la reducción de transferencias embrionarias destinadas a fracasar) y la posibilidad final de no disponer de embriones NORMALES (euploides) para la transferencia.
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