A lo largo de nuestra vida pasamos por diferentes etapas y cambios. En este caso, la maternidad no es algo que debamos considerar ajeno.
Se dan situaciones, y así las vemos en nuestras consultas, de mujeres o parejas que, en un momento determinado, decidieron no tener más hijos por lo que, en el caso de la mujer, se optó por realizar una ligadura de trompas.
Pero, ¿qué sucede cuando las circunstancias son distintas? Como hemos dicho, nuestra vida pasa por cambios y etapas que nos pueden querer hacer revertir dicha situación, bien sea, por ejemplo, por un cambio de pareja y el deseo de tener un hijo, o simplemente un cambio en los deseos reproductivos de esa pareja.
Cuando esto sucede después de la ligadura de trompas, muchas veces no queda más remedio que recurrir a la reproducción asistida para lograr este nuevo embarazo.
Os lo explicamos.
¿Qué es una ligadura de trompas?
La ligadura de trompas es un método anticonceptivo realmente efectivo y que impide el embarazo natural.
Como sabéis, las trompas de Falopio son los conductos que conectan entre sí a los ovarios con el útero y el lugar donde tiene lugar la fecundación del óvulo con el espermatozoide que puede dar lugar al embrión si todo se desarrolla con normalidad.
La ligadura de trompas, por tanto, es un proceso quirúrgico a través del cual se bloquean dichos conductos impidiendo que tenga lugar la unión del óvulo con los espermatozoides.
¿Se puede volver a lograr el embarazo después de una ligadura de trompas?
Como hemos mencionado, la ligadura de trompas es un método muy efectivo que impide la consecución del embarazo de forma natural. No obstante, esto no significa que no haya opciones para que esa mujer pueda lograr un nuevo embarazo.
Llegada el caso, las mujeres que desean quedarse embarazadas de nuevo, tienes dos opciones que les pueden ayudar a conseguirlo:
● Recurrir a una microcirugía
● Realizar un tratamiento de Fecundación in Vitro (FIV)
En el primer caso, a través de la cirugía, lo que se busca es unir de nuevo los extremos de las trompas de forma que podamos revertir la situación. Es lo que llamamos “recanalizar” las trompas.
No obstante, a pesar de que es un proceso que se puede llevar a cabo, posteriormente es necesario que las trompas recuperen su función normal, por lo que la intervención quirúrgica no implica que siempre se pueda recuperar la fertilidad. Y, en cualquier caso, es un procedimiento muy proceloso y con pobre resultados.
Al margen, y como siempre cuando nos referimos a la búsqueda del embarazo, un factor fundamental a pesar de la intervención, es la edad de la mujer en relación a la calidad de sus óvulos.
No es lo mismo una mujer que se ligó las trompas a los 30 años y recurre a un centro de reproducción asistida con 35 o 38 años, que la mujer que se sometió a la ligadura con 32 años y busca un nuevo embarazo, por ejemplo, con 43 o 45 años.
Podemos decir que en muchas ocasiones no se trata del tiempo que lleven las trompas ligadas antes de la intervención, ya que eso no afecta para nada al útero, sino de la edad a la que deciden tener nuevos hijos.
Por otro lado, en los casos en los que se decide recurrir a los tratamientos de Fecundación in Vitro, es importante entender que, por la ligadura, es imposible que se produzca la unión del óvulo con el espermatozoide que dé paso al futuro embrión y embarazo, en caso de implantar.
A través de los tratamientos de Fecundación in Vitro (FIV), lo que hacemos es fecundar los óvulos extraídos a la paciente, después de un proceso de estimulación, con una muestra de semen de su pareja, o de un donante si fuera el caso, para obtener esos embriones.
Es importante destacar que, si la ligadura de trompas está bien realizada, sólo tendrá efecto en las trompas, por lo que, en principio, ni el útero ni los ovarios tienen que verse afectados.
De igual manera, la ligadura de trompas no tiene efecto sobre la calidad de los óvulos ni la reserva ovárica de la paciente, factores que dependen de la edad de la propia mujer.
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