La implantación embrionaria es el proceso mediante el cual el embrión en estadio de blastocisto (embrión de 5-6 días de vida) se fija al endometrio materno para continuar con su desarrollo intrauterino. Se trata de un acontecimiento clave para el éxito de un ciclo de fecundación in vitro. De hecho, en la inmensa mayoría de ciclos de reproducción asistida se llegan a transferir embriones. Sin embargo, la tasa de embarazos dista mucho de ser absoluta.
La implantación en la especie humana, tanto la relacionada con la reproducción natural como la asistida, es un proceso “poco eficaz”, únicamente el 30% de los embriones consiguen implantarse y está regulado y condicionado por factores tanto endometriales como embrionarios.
La Sociedad Española de Fertilidad (SEF) define como fallo de implantación aquella situación en la que no se ha conseguido gestación tras transferir, en al menos 3 ocasiones, 3 embriones de buena calidad en un ciclo de FIV. Esto es, hace falta la transferencia de hasta 9 embriones para hablar de fallo de implantación.
Como ya hemos comentado, son muchos los factores implicados, tanto embrionarios como uterinos, y por tanto es difícil encontrar la causa exacta del fallo de implantación. A nivel embrionario se pueden seguir diferentes estrategias cuando se han producido repetidos fallos de implantación. Una de ellas consiste en el mantenimiento de los embriones durante más días en el laboratorio mediante el cultivo de los embriones hasta estadio de blastocisto. Realizar la transferencia en estadio de blastocisto (días 5 o 6 post.-punción ovárica) en lugar de en estadio de células (días 2-3 post.punción) no sólo permite que exista una mejor sincronización entre embrión y endometrio sino que además permite llevar a cabo una mejor selección embrionaria. Muchas anomalías cromosómicas no son compatibles con el desarrollo hasta estadio de blastocisto. Algunos embriones en d+3 muestran buena calidad pero no son cromosómicamente normales y es posible que en una transferencia en día 3 hubieran sido los seleccionados, sin embrago, cultivándolos hasta blastocisto podremos descartarlos.
Evidentemente, el cultivo embrionario prolongado exige unas condiciones óptimas del laboratorio incluyendo la disponibilidad de sistemas de video-time-lapse como el Embryoscope® o el Eeva®.
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