Por el Comité Editorial de Reproducción Bilbao
“Quiero embarazarme como sea. Llevo cuatro años entre pruebas, tratamientos, más pruebas y más tratamientos. Ni siquiera recuerdo todo el dinero que he empleado en este proceso. Me da igual tener un niño o tres, pero lo que quiero es embarazarme.”
Seguro que hay mujeres que se ven reflejadas en la introducción de este post, aunque, afortunadamente, cada vez son menos, porque las tasas de éxito en la reproducción asistida son cada vez más altas. Unas tasas de éxito que cualquier mujer interesada en el tema pude conocer gracias al Registro de Actividad de la Sociedad Española de Fertilidad, que contiene los datos de los centros de reproducción asistida.
Escribo este post como complemento a un post anterior, referido a la V Reunión del Comité de Registros de la Sociedad Española de Fertilidad, celebrada recientemente en Madrid. Hay unos datos en este registro que no me resisto a comentar.
En primer lugar, quiero destacar que sólo 147 centros de reproducción asistida en España comunican a la SEF sus resultados, de forma real y transparente. Es algo menos del 75% del total, lo que supone que una cuarta parte de los centros existentes no lo hace. Con las consecuencias que ello implica.
Pero hay más, porque la SEF tiene un Registro específico de Resultados Gestacionales. Hablamos de un registro de todos los nacimientos conseguidos, que son, a la postre, el motivo por el que se acude a un centro de reproducción asistida. Una mujer o una pareja no van al centro sólo para conseguir un embarazo, sino para tener una niña o un niño sano. Y en este registro de resultados gestacionales participan ¡menos de 50 centros de toda España!
¿Qué refleja tan escasa participación? A mi juicio, el incumplimiento de uno de los objetivos que debería tener todo centro de reproducción: el seguimiento integral de los embarazos conseguidos. Sólo si conocemos este resultado final podremos comunicar a nuestras pacientes la probabilidad real de que ocurra el nacimiento.
Y una última reflexión, que se deriva de un simple vistazo a los registros: hay un porcentaje no desdeñable de casos, superior al 10% de ciclos, en el que se transfieren tres embriones al útero; una práctica legal, pero irresponsable. Una gestación múltiple -especialmente, de más de dos fetos-, supone un altísimo riesgo de complicaciones para los recién nacidos. Todos los ginecólogos sabemos que es mejor transferir los embriones de uno en uno, aunque se tarde más en conseguir un embarazo, que hacerlo de tres en tres. La pregunta es: ¿Por qué se transfieren aún tres embriones?