Por Gorka Barrenetxea (*)
Recientemente he tenido la oportunidad de participar como invitado en la 7ª Reunión FIV SKI, celebrada durante los días 15 y 17 de enero en Baqueira. La Fundación Dexeus, organizadora del encuentro, nos convocó a 43 expertos en Reproducción Asistida en una nueva edición de esta cita, que se celebra cada cuatro años. El objetivo de la misma es actualizar los conocimientos en las diferentes áreas relacionadas con la reproducción asistida y crear un Grupo de Expertos en Reproducción Asistida para elaborar documentos dirigidos a la comunidad científica, a los pacientes y a las autoridades sanitarias.
En esta edición, las discusiones han abarcado temas diversos: desde las nuevas formas de estimulación ovárica, los nuevos métodos de selección brionaria, los fracasos de implantación o la aplicación de la genómica en la reproducción humana hasta el debate sobre la demanda futura de la reproducción asistida y los procedimientos derivados de la misma.
Yo participé en los debates sobre las nuevas formas de estimulación ovárica, junto con Antonio Requena,Director General Médico de IVI y Codirector de IVI Madrid; Francisca Martínez, directora de I+D+i del Área Clínica del Servicio de Medicina de la Reproducción y Jefe de la Unidad de Anticoncepción del Instituto Dexeus (Barcelona); y Miguel Angel Checa, Jefe de Sección de Reproducción Humana del Hospital del Mar de Barcelona y Profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona.
La estimulación ovárica controlada constituye, en la actualidad, una parte inherente de cualquier procedimiento de reproducción asistida. La obtención de un número adecuado de ovocitos implica la autoadministración de una medicación (generalmente, por vía subcutánea) por parte de toda paciente sometida a un procedimiento de fecundación in vitro, preservación de ovocitos o diagnóstico genético preimplantacional.
Durante los últimos años se han producido avances en este campo, que han permitido aumentar, no sólo la eficacia en términos de obtención de ovocitos sino, sobre todo, hacer más cómoda esta fase del tratamiento para la paciente. Aunque existen otras fases del tratamiento de reproducción asistida que pueden resultar más duras desde el punto de vista psicológico, la estimulación también puede ser molesta, procelosa y sujeta a esquemas rígidos que, afortunadamente, estamos abandonando.
En este sentido, ya existen dispositivos que permiten sustituir 7 inyecciones diarias por una sóla y, hoy en día, la estimulación ovárica puede comenzar en cualquier momento del ciclo, eliminando las esperas innecesarias. Por otra parte, uno de los efectos secundarios menos deseados de la estimulación ovárica -el llamado «síndrome de hiperestimulación»-, puede ser virtualmente eliminado mediante nuevos protocolos de inducción de la ovulación, acompañados de un programa eficaz de vitrificación embrionaria. Además, gracias a nuevas formas de estimulación encadenada, se pueden optimizar los resultados en aquellas mujeres con una respuesta ovárica pobre a la estimulación -las llamadas «bajas respondedoras»-. Y todo ello con el objetivo de conseguir unos tratamientos más eficaces y cómodos al mismo tiempo.
(*) Gorka Barrenetxea es Director Médico de la Clínica Praxis Bilbao, Profesor Titular de Ginecología y Obstetricia de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea y Vicepresidente de la Sociedad Española de Fertilidad.