Por Olivia de Prado
El Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) es un gran aliado para evitar un mayor desgaste emocional en las parejas con negativos acumulados.
El DGP, es una forma muy precoz de diagnóstico, que hace posible el estudio genético en los embriones antes de ser trasferidos al útero materno.
De este modo, se determinan aquellos embriones que debido a la presencia de alteraciones cromosómicas están condenados a una no implantación (prueba de embarazo negativa) o a un embarazo no evolutivo (aborto).
Desde la parte psicológica, y como ya hemos hablado en ocasiones anteriores, la infertilidad, sea cual sea su causa, siempre supone para la persona que la sufre, así como para su pareja, un acontecimiento, cuanto menos, significativo en sus vidas.
La posibilidad que nos brinda el DGP de conocer si los embriones son óptimos para ser transferidos al útero materno, ofrece a la mujer una alternativa esperanzadora, puesto que, de otro modo, se realizarían transferencias que no tendrían el desenlace esperado. Esto supone un ahorro de “energía mental” para la mujer y para su pareja, ya que se les evita pasar por otro “negativo” y todo lo que ello conlleva, acumulación de frustración, desgaste emocional, pérdida de ilusión, sensación de indefensión o fracaso y/o aparición de síntomas ansioso-depresivos.
Durante la espera de resultados tras la realización del DGP, puede aparecer cierto grado de ansiedad, provocada por la incertidumbre de conocer el diagnóstico definitivo. En estos momentos es fundamental mantener un buen ajuste emocional. Es elemental que te armes de paciencia, los agobios y “comeduras de cabeza” no harán más que empeorar tu estado de nerviosismo.
Practicar relajación, yoga, darte paseos o realizar cualquier actividad física o mental que te haga sentir bien, será el mejor antídoto frente a la impaciencia.
Una vez conozcas los resultados del diagnóstico, te recomiendo que optes por ponerte en el lado óptimo de la balanza. Tal vez no sea el desenlace que esperabas, y tengas pocos embriones sanos; o tal vez las noticias sean mejores de lo que imaginabas. De una manera u otra, nada podrá cambiar la realidad. Aceptar la nueva condición, te permitirá adaptarte mejor a la situación, para poder continuar en este camino de la búsqueda de tu hijo.
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