Por Edurne Martínez
La Sociedad Española de Fertilidad (SEF) organiza dentro de su programa de formación una serie de Campus de excelencia en los que reputados especialistas comparten sus conocimientos con profesionales del campo de la reproducción. El primero de los Campus se celebró en alicante el pasado año y en él fue invitado como profesor nuestro director médico Gorka Barrenetxea para hablar sobre la inducción ovulatoria en los ciclos de fecundación in vitro. El segundo Campus tuvo lugar en Sevilla el pasado 4 de Noviembre de 2016 y versó sobre aspectos genéticos relacionados con la infertilidad.
Por una parte, se discutió sobre la llamada impronta genética, que representa todo el conjunto de modificaciones que hacen que los diferentes genes de un individuo se expresen o no (sin alterar la secuencia genómica). Tal como hemos comentado en post anteriores (ver epigenética), la impronta genética viene determinada en gran parte por cambios ambientales en el sentido amplio del término. Aquí podemos incluir, tal como apuntaron los expertos en el Campus, que incluso la alimentación de la madre puede influir en la impronta genética de sus fetos.
Por otra parte, y en cuanto al diagnóstico genético preimplantacional (procedimiento mediante el cual analizamos genéticamente los embriones para su transferencia más electiva) se constató que el 80% de centros en España realizan la biopsia embrionaria en el tercer día de desarrollo mientas que en países como Estados Unidos se prefiere la biopsia en estadios más avanzados del desarrollo, concretamente el día 5º (en estadio de blastocisto).
La biopsia embrionaria en estadio de blastocisto tiene varias ventajas. Se extraen 5-6 células de un embrión con más de 250-300 células (mientras que en la biopsia de día 3, se extraen 1-2 células de un embrión de 8). Esto supone que en estas se pierde un 13% de pérdida de masa celular frente al 2-3% de la biopsia en estadio de blastocisto, con la consiguiente diferencia en el daño potencial al embrión. Por otra parte, y lógicamente, la información que aporta el análisis de 5-6 células es más fiable y sólido (y por tanto, el error potencial es menor) que cuando se analiza una sola célula.
Y para muestra un botón.
Podríamos seguir hablando de las ventajas de biopsiar en estadio de blastocisto pero preferimos dejaros con nuestra propia experiencia en Reproducción Bilbao. Recientemente para un caso de biopsia por CGH en D+3 encontramos dos embriones anormales que fueron rebiopsiados en estadio de blastocisto y analizados de nuevo por CGH. El resultado fue que esos embriones antes aneuploides (anormales) eran después embriones genéticamente euploides, normales. Esto es, que si nos hubiéramos quedado con la primera biopsia (la del día 3º) los embriones se hubiesen desechado, y que gracias a la realización de una nueva biopsia (en día 5ª) pudieron ser transferibles (por cierto con un embarazo ya evolutivoy de curso normal).
La razón de esta aparente contradicción es que, o bien con mayor cantidad de DNA los genetistas son capaces de precisar mejor cualquier falta o ganancia de material genético o bien el propio embrión puede contener células anormales en estadios tempranos que son capaces de “corregir” o desechar esas células que no van a incluir en estadio más avanzados como es el de blastocisto Es lo que se conoce como mosaicismo.
Es por ello que desde entonces nos hemos apuntado al análisis en estadio de blastocisto y siempre que el curso del ciclo lo permite realizamos las biopsias en este día. Por tanto, Reproducción Bilbao realiza las biopsias embrionaria en estadio de blastocisto.
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