Por el Comité Editorial de Reproducción Bilbao
¿Por qué (casi) obligatoriamente gemelos?
Da la impresión, a la luz tanto de los resultados publicados en el Registro Nacional de la Sociedad Española de Fertilidad como de que cada vez vemos más gemelos y trillizos por las calles de cualquier ciudad, que reproducción asistida y embarazo gemelar van indefectiblemente unidos. De hecho, mas de uno de cada cinco embarazos conseguidos en reproducción asistida lo son de dos o más fetos. No es extraño, por otra parte, que muchas mujeres y parejas deseen tener gemelos (cuanto antes y a costa de cualquier incidencia) sin conocer las graves consecuencias que ello puede comportar. Lo que sí es llamativo es que profesionales dedicados a la reproducción asistida, que sí conocen los peligros de un embarazo múltiple, no tomen las medidas oportunas.
Estamos, pues, ante una epidemia de embarazos gemelares, consecuencia de un silogismo simple: cada vez más parejas recurren a la reproducción asistida; la reproducción asistida se asocia (parece que “inevitablemente”) a embarazos múltiples; cada vez vemos más múltiples por las calles. Se da la circunstancia, por otra parte, de que en pleno siglo XXI algunos profesionales admitan que se pueden transferir hasta 3 embriones en un proceso de fecundación in Vitro. Lo cual es legal pero, desde luego, irresponsable.
Es bueno recordar que, además de por las calles, hay muchos recién nacidos gemelares ingresados en las Unidades de Cuidados Neonatales Intensivos de los hospitales como consecuencia de que la gemelaridad se asocia a complicaciones de los neonatos (prematuridad, infecciones, partos complicados, mayor riesgo de parálisis cerebral, etc.)
Existen, sin embargo, otras opciones.
Es posible mantener altas tasas de embarazo reduciendo al mínimo los embarazos múltiples. ¿Cómo? Mediante la transferencia selectiva de un solo embrión en cada intento de fecundación in vitro. Tal política no conlleva más estimulaciones (se pueden transferir los embriones de uno en uno a partir de un solo ciclo de estimulación). Y tampoco se acompaña de peores resultados inmediatos.
Y ello ya ha sido conseguido. Reproducción Bilbao ha logrado en 2015 reducir los embarazos múltiples al 6% (hay que recordar que en reproducción natural son del 2%) muy lejos de las tasas superiores al 22% de media en España. La transferencia selectiva de un solo embrión exige disponer de altas tasas de supervivencia de los embriones vitrificados, de unas condiciones óptimas de laboratorio pero, sobre todo, de un grado de responsabilidad que busca embarazos del mismo nivel de seguridad que los embarazos conseguidos mediante reproducción natural.
No se trata de conseguir pruebas de embarazo positivas a cualquier precio, sino de tener recién nacidos sanos.
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