(FIV) Fecundación in vitro : un largo viaje que aún no ha acabado.
La fecundación in vitro (FIV) fue el fruto del idealismo y del trabajo de unos pioneros tanto en el campo de la biología como en el de la ginecología. Lo que inicialmente fue desarrollado como un método para superar la esterilidad debida a la obstrucción de las trompas de Falopio de la mujer, ha devenido en un método que ayuda a la consecución de embarazos en parejas cuyo varón presenta un semen de mala calidad (mediante el ICSI o inyección intracitoplasmática de espermatozoides), en mujeres que requieren óvulos de donante para conseguir una gestación (mediante los programas de ovodonación), o en parejas que desean evitar la transmisión de una enfermedad grave a su descendencia (mediante el DGP o diagnóstico genético preimplantacional) o, en fin, en parejas cuya fertilidad se encuentra disminuida (que no suprimida) por razones etarias por ejemplo.
Más de 6 millones de niños y niñas en el mundo son el resultado de la aplicación de la FIV o procedimientos derivados. Es más, en aquellos países en los que se han registrado de forma fehaciente todos los nacimientos derivados de embarazos conseguidos mediante FIV hasta un 10% de los niños y niñas nacidos proceden de gestaciones conseguidas mediante procedimientos de reproducción asistida. Lamentablemente, ni en España ni en ninguna de sus comunidades autónomas existe tal registro por lo que ciertas afirmaciones que a veces son publicadas no están en absoluto basadas en datos comprobables.
Ciertamente, las cosas han ido mejorando. Y principalmente lo han hecho en el campo de la embriología. El desarrollo de nuevos sistemas incubadores biológicos (sistemas de video-time-lapse, bench incubadores), la posibilidad de preservar tanto gametos como embriones de forma eficiente (mediante la vitrificación) y la mejora en los análisis genéticos de los embriones (paso del FISH a tecnologías de arrays y NGS) han traído como consecuencia un incremento exponencial en las tasas de embarazo. En el “lado ginecológico” también hemos avanzado, especialmente en la simplificación de los tratamientos. Ahora, las pautas de estimulación en FIV son más cortas, cómodas y seguras, haciendo menos costosa (física y emocionalmente hablando) la eventual repetición de tratamientos.
Por tanto, la fecundación in vitro considerada como un conjunto de procedimientos ha permitido ayudar a muchas parejas y mujeres.
Quedan cosas por mejorar. Debemos tender a conseguir “asegurar” el embarazo (mediante la mejor selección embrionaria) y que éste (el embarazo) no suponga un riesgo añadido para ninguna mujer (evitando las gestaciones múltiples).
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